martes, 12 de mayo de 2020

IVONNE, NUEVAMENTE


Jueves 10 de abril de 2014 (rev 12/05/2020)

 IVONNE, NUEVAMENTE
 por 
Denise Pérez Rodríguez

Cuando mataron a Ivonne me hice de la idea, novata al fin, de que contribuiría a detener en corto plazo con un escrito ( Ivonne. Voces El Nuevo Dia, jueves 5 de diciembre de 2013, p. 76) la violencia de género. Desde aquellos días otras Ivonnes con otros nombres y otras caras han emergido. Su pérdida ha dejado no obstante el mismo dolor y consternación entre los suyos e idéntica desazón para la gente que anhela una sociedad equitativa y pacífica.

Pero siguiendo las palabras de  un joven intelectual del país “Ni la ignorancia es un derecho ni la ingenuidad una virtud” me dispongo sin caer en lo último a retomar el asunto consciente de que lograr cambios sociales no es asunto de actitudes heroicas unilaterales ni improvisación. Requiere humildad, paciencia,  tiempo bien manejado y sobretodo acción informada y concertada desde diversos focos. Esto último es necesario para encarar  lo que los científicos de la conducta humana y social llaman un problema perverso, dudoso rango que parece haber ganado la violencia contra la mujer.

Me propongo en este escrito identificar otras  formas con que yo desde mi foco puedo contribuir a eliminar este mal social. Estas ideas pretenden iluminar a otras personas que como yo tienen poca experiencia en las luchas sociales, pero conciencia creciente de la responsabilidad individual de contribuir a hacer una sociedad mejor digna de los talentos y capacidades con que ha sido imbuida la raza humana.  Para este propósito trataré de hilar fino en torno a la personalísima teoría ¿grounded? Planteada por mi en el artículo citado. En aquel momento afirmé que la respuesta a las preguntas en torno a la expresiones del asesino de Ivonne para justificar su acto “fue una de esas cosas que se le meten a uno cuando las mujeres hacen ciertas cosas…”  estaba “en ciertos patrones de pensamiento producto de una sociedad que persiste en privilegiar al varón...Expresiones similares habrán reverberado en la mente de tantos otros quienes, minusvalorándola, han vejado, golpeado o asesinado una mujer. Urge estimular nuevas formas de pensar”. Sugerí entonces como instrumento de cambio la educación con perspectiva de género. Así la describí:

“”propone desaprender creencias y eliminar en todo ámbito las actitudes, expresiones y acciones promovedoras de desigualdad entre hombre y mujer. Considera posibles y deseables esquemas igualitarios. Llama a las personas a liberarse de roles asignados solo en razón de su sexo, no de sus capacidades y talentos, y a ampliar así sus espacios de expresión. Conmina a las instituciones, principalmente a las responsables de formar el carácter:  hogar, escuela, iglesia, a insertar organizadamente esta óptica en sus prácticas””

Esto me lleva a preguntarme como componente del principal sistema formador del carácter, el hogar ¿Cuál es mi deber  en términos de promover la igualdad entre géneros? ¿Qué me resta por hacer para asegurar que mi familia camine por la vida en rutas de equidad y justicia?  ¿Cómo puedo unir mi esfuerzo personal a las iniciativas colectivas dirigidas a atender este mal social? Mi meta es responder estas preguntas pronto, como guia de acción.

Ivonne





28 de noviembre de 2013 (Publicado en El Nuevo Dia VOCES jueves 5 de diciembre de 2013 p. 76)

Ivonne
Por Denise Pérez Rodríguez, Bibliotecaria Retirada UPR
He vivido considerablemente exenta de las limitaciones que por relaciones de desigualdad entre géneros viven otras mujeres, y algo indiferente a su sufrimiento. Hasta que surgió lo de Ivonne.  
En realidad no la conocía, pero supe por las redes sociales cuanto desesperaba su familia por su desaparición. Por este medio pude contemplar su rostro en una foto poco favorecedora y días después, con un tristísimo: “Hoy me levanté consternado...con un sentimiento de rabia de un amigo, me enteré de su muerte.
La prensa me permitió conocerla mejor: joven, servicial, ”buena en todo el sentido de la palabra …”. Tenía hijos y su hermana militaba por los derechos de la mujer.
La televisión me iluminó esplendorosamente los detalles poco originales de su fin: apuñalada hasta morir su cuerpo fue desmembrado. Me mostró también al asesino. Este, tono y ademán de quien cree tener justificación para su proceder, prodigó sus razones profundas:
“fue una de esas cosas que se le meten a uno cuando las mujeres hacen ciertas cosas…”
¿Qué “cierta cosa” hizo Ivonne para provocarlo? ¿Confundirlo con su amabilidad? ¿Avergonzarlo por rechazar sus acercamientos? La respuesta probablemente está en ciertos patrones de pensamiento producto de una sociedad que persiste en privilegiar al varón. Expresiones similares habrán reverberado en la mente de tantos otros quienes, minusvalorándola, han vejado, golpeado o asesinado una mujer. Urge estimular nuevas formas de pensar.
La educación con perspectiva de género, defendida por grupos de avanzada, podría cumplir este propósito. Esta propone desaprender creencias y eliminar en todo ámbito las actitudes, expresiones y acciones promovedoras de desigualdad entre hombre y mujer. Considera posibles y deseables esquemas igualitarios. Llama a las personas a liberarse de roles asignados solo en razón de su sexo, no de sus capacidades y talentos, y a ampliar así sus espacios de expresión. Conmina a las instituciones, principalmente a las responsables de formar el carácter:  hogar, escuela, iglesia, a insertar organizadamente esta óptica en sus prácticas.
Ivonne, martirizada, no flota en un vacío. Ya despereza conciencias y activa inteligencias a favor de una cultura de igualdad entre hombre y mujer, y entre tod@s sin importar su género.















  




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UNA OBRA EN PROGRESO









Versión revizada (06 de junio de 2014)




UNA OBRA EN PROGRESO


Por Denise Pérez Rodríguez


Bibliotecaria Retirada, UPR, RP




No sería grave equivocación afirmar que la madre tiene de saque un lugar preeminente en los corazones de lo(a)s hijo(a)s. Es el saldo justo de una complicidad iniciada en el vientre, extendida a los tiempos primeros.  El padre muchas veces parece quedar fuera de esta estructura. Si se duerme, tal estado puede tornarse en distancia. Esto lleva a menudo a lo(a)s hijo(a)s a juzgar sus lagunas de carácter con mayor rigor que los de la primera. Tal vez sea esta tendencia el trasfondo del pensamiento de una conocida revista espiritual del domingo de Padres 2013 cuando advierte: “Nadie hace todo perfectamente todo el tiempo. Cada padre hace lo mejor que puede con el conocimiento y la experiencia que tiene”, él, como sus hijos, es también  “una obra en progreso [y procura] ser la mejor persona que pueda”.




Lo antes dicho trae a mi conciencia una noción: la inclinación que, con frecuencia, debilitó el espíritu de mi papá y matizó su existencia no evitó que su amor por la lectura se convirtiera en la tierra que me ha sostenido.  Es que leer continuamente  (parafraseo a Alfred Manguel en A reader for readers (2010)) me ha llevado de “forma profunda…práctica a…”:  conocerme algo y  conocer mejor el mundo. Los libros han sido para mi “fuente[s] de revelación”, y placer.  Con ellos he aprendido a  interpretar un texto y a dar reconocimiento a la interpretación ajena. He adquirido además un “lenguaje imaginativo...rico…” para confrontar e idear formas de cambiar la sociedad.  Creo que si hubiese algo de sabiduría en mi pensamiento, esto sería en gran medida gracias  “al acto de leer”.




El gusto por lo escrito,  los recorridos a través de la isla, la vena cómica de mi padre, unido al gozo irremediable por la vida y miras altas de mi madre, han sido las cosas que todavía hoy me hacen creerme, ilusa, inmune al sufrimiento. Aprovecho la coyuntura que propicia la celebración del Día de los Padres para elevarlos un poco más  en mi corazón y mis recuerdos.










LA ENSENANZA DE INSTRUMENTOS MUSICALES Y EL CARACTER


18 de mayo de 2015 (rev. 24/08/2015)

                    

EL APRENDIZAJE DE INSTRUMENTOS MUSICALES Y EL CARÁCTER

por

Denise Pérez Rodríguez, Bibliotecaria Retirada, UPRRP


"A Dream Deferred" (fragmento)

What happens to a dream deferred?
      Does it dry up
       like a raisin in the sun?
          Or fester like a sore --
      And then run?

             (Autor: Langston Hughes)

No quise que mi anhelo de tocar bongó continuara siendo un sueño aplazado.  Por ello pedí este instrumento de regalo navideño,  y hace un tiempo comencé su aprendizaje formal.  Poco imaginaba las lecciones de vida que el proyecto traería. Porque descubrí, madurita como soy,  cuan determinante es la disciplina como requisito para dominarlo. Esta virtud se manifiesta, sobre todo, en los requerimientos de práctica continua y cuidadosa, y en la concentración. Se articula además mediante la paciencia para escuchar y  la humildad en seguir las guías de quien enseña, aunque en ocasiones éstas pudiesen parecer irrazonables.  Se muestra  a través de la confianza en la capacidad propia, en no permitir que el temor se adueñe de nuestro ánimo y derrote  nuestros propósitos. Lo anterior debe coronarse en un aspirante a bongosero capaz de coordinar diversos elementos en sonidos con sentido y de proyectar con soltura,  gracia,  afabilidad y respeto a pares y público el gusto por su arte.

Tras una etapa de entrenamiento con Edwin Torres Pizarro (Abby), maestro percusionista de la Fundación Paquito López Cruz,  institución dedicada  a  la  enseñanza del cuatro, tiple, percusión y bailes de Puerto Rico, creo descubrir la importancia del aprendizaje de instrumentos musicales para la formación del carácter.  Aunque parezca iluso en momentos de crisis, considero una estrategia sabia su inserción sistemática en el currículo de nuestras escuelas.  De esta manera estas instituciones refinarán su agenda de hacer buenas personas y mejores ciudadanos. Esto impactará seguramente la meta mayor de construir una cultura de paz en el país. 

PROGENITORES Y PAZ MUNDIAL


09 de febrero del 2015 (rev. 12/02/2015)  Articulo publicado en Perspectiva El Nuevo Dia el sabado 13 de febrero de 2015. Pag. 74



PROGENITORES Y PAZ MUNDIAL
Por Denise Pérez Rodríguez, Bibliotecaria Académica Jubilada

Nunca es tarde para aprender  algo  nuevo sobre aquellas cosas que muchas veces juramos saberlo todo.  Como para confirmarlo,  recibo por las redes sociales la Carta de la Paz dirigida a las Naciones Unidas (http://www.cartadelapaz.org/es/texto.php). Su propósito es ayudar a las personas y a las sociedades a sobreponer los impedimentos a la paz mundial.  Pretende sobretodo  guiarles  a un convivir cotidiano armónico. Redactada inicialmente por dos intelectuales españoles fue remitida  a la organización internacional (1995) para ser difundida  e  incorporada  “en el espíritu de las legislaciones de los pueblos de las naciones”.  Endosos nuevos han acompañado envíos subsiguientes.  El artículo XIX zarandeó contundentemente mi sentido de comodidad. Parafraseémoslo:

Haberle dado la existencia a sus hijas e hijos asigna para siempre a “los progenitores” la responsabilidad de apoyarles para que lleven vidas dignas.  Este objetivo les obliga a dejar  a su prole  un mundo más en paz”.   Lo último solo puede alcanzarse si en la familia existe respeto pleno a la dignidad y derechos de todos los componentes sociales, especialmente los más vulnerables: mujeres, niñas y niños, personas de edad avanzada y otras tradicionalmente marginadas.  

Las ideas mencionadas acrecentaron mi conciencia sobre  la relación entre mi rol materno, la paz global y los derechos humanos.  Para cumplir con la encomienda vital sugerida, me planteé unas estrategias preliminares:  primero, aprender a discernir mejor en mis actitudes y conductas los prejuicios que me separan de mis congéneres, a quienes debo compasión y solidaridad;  segundo, actuar siempre congruente con lo que predico. Esto aplica particularmente al aprendizaje y “la alegría de existir” con lo cual, establece el artículo,  mi hija e hijo contribuirán también a la paz.  El escrito parecería invitar a los progenitores (y a quien quiera esté criando) a ser (diría Savater) como “la buena madre”. Ella no solo da a sus retoños leche (seguridad y subsistencia), sino miel (“la dulzura de la vida, el amor por ella….” (Fromm)). Y como el buen padre, digo, porque los hay bien dulces.

MATRIMONIO




8 de julio de 2013


MATRIMONIO

Por Denise Pérez Rodríguez, Bibliotecaria Retirada UPR

Se debaten los derechos de las personas orientadas sexualmente hacia otras de su mismo sexo. Unos proponen igualarlas ante la ley y, entre otras oportunidades, permitir a quienes desean mantenerse unidas disfrutar los beneficios de las parejas heterosexuales casadas civilmente. Otros se oponen. Consideran esta orientación anormal, aberrante, escogida, y violatoria a mandatos bíblicos. Estas propuestas, aducen, amenazan la institución matrimonial, por tradición de hombre y mujer, la familia y la estabilidad social.

Simultáneamente irrumpe información desconcertante sobre el matrimonio: reducción significativa en casamientos; alza notable en hijos procreados fuera de esta estructura,  parejas de hecho y divorcios. Aunque en buena medida impactado por consideraciones económicas, este organismo parecería peligrar por sus propios fueros. Reconocido todavía como principal gestor de la familia e instrumento de desarrollo humano y social, convendría abordarlo desde adentro.  

Comenzaríamos estipulando que, como sistema, el matrimonio solo cumple su propósito si asegura el desarrollo pleno de sus componentes. Demasiadas parejas bien intencionadas reflejan lo contrario. Estas viven desencantadas e insatisfechas por las rutinas vanas, búsquedas insensatas de crecimiento económico y las "pequeñas violencias” que cuece a menudo el corazón. ¿Cómo promover entonces este estado como compromiso de vida?

Quizás podríamos plantear la institución desde otros contornos. Para comenzar, propulsaríamos que  los casados fuesen personas que valoran su independencia como base de una relación interdependiente saludable. Por ello perseguirían un estilo de vida donde los anhelos y talentos  individuales tuviesen espacio abundante. En este primaría el diálogo, la alegría, el aprendizaje, la cercanía a la naturaleza, el cultivo del cuerpo y la armonía del entorno. Estos, aún sin reconocerlo, obrarían como si existiera un poder superior compasivo, liberal, práctico y de una lógica pasmosa evidenciada por una raza humana y un mundo natural repletos de diversidad. Se proyectarían generosamente hacia los demás. Su vida económica reflejaría estos valores.

Lo antes descrito podría ser un modelo apropiado para el matrimonio tradicional o la institución bajo nuevas configuraciones. Lo esencial es que quienes lo asuman, independientemente de su orientación afectiva y sexual, anhelen vivir como una “comunidad de vida y amor”, apoyarse, protegerse, alcanzar su potencial y contribuir al bienestar de la Sociedad.





 





























lunes, 11 de mayo de 2020

DIA DE LAS MADRES Y VIOLENCIA DE GENERO



martes 5 de mayo de 2020 (enmendada 11/05/2020)


DIA DE LAS MADRES Y VIOLENCIA DE GENERO


Por Denise Pérez Rodríguez

Bibliotecaria Jubilada UPRRP



Si algo rompió mi corazón mientras observaba los funerales de un joven político puertorriqueño a finales de 2018 fue el relato de sus últimos momentos. Con apabullante ecuanimidad su progenitora contó cómo, tras salir de un infructuoso procedimiento, aquel hombre curtido por las luchas de la vida pública le susurró: “Gracias por ser mi mamá”.  Al esta inquirir sobre sus palabras, el hijo repitió esta expresión típica de los niños y “pasó a la otra orilla”.  Reservaba así su gesto postrero para aquella persona esencial, quien de seguro entre sus amados extrañaría más su presencia.  


Esta instancia ejemplifica el singular amarre que se establece entre las madres y su prole en el vientre materno. Se manifiesta también entre quienes asumen por amor la maternidad y sus hijos, aun sin haberlos concebido. 


No menos triste me pareció la imagen televisiva de un adolescente, quien aullaba de dolor tras su padre asesinar a su madre y luego suicidarse. Extraño fue escuchar al huérfano perdonar a gritos al asesino. Parecía expresar así su perplejidad ante lo acontecido. Pensaría que solo una persona muy enferma cometería un acto así. La explicación, sabemos, es mucho más compleja.


Este año recibimos el Día de las Madres en medio de un evento pandémico desconcertante. Cuando comenzó, el país experimentaba desde hacía tiempo un incremento significativo de casos de violencia de género que incluía un número aterrador de asesinatos. El confinamiento al cual los ciudadanos se han visto obligados a recurrir para proteger salud y vida, parece haber propiciado abundantes incidentes violentos. Ninguno hasta ahora ha culminado en muerte.


Lo expresado hace idóneo, durante esta celebración atípica, dedicar un pensamiento especial a las mujeres tronchadas, particularmente quienes fueron madres, y a aquellas cuyas vidas peligran hoy. Este sería además un buen momento para denunciar las acciones legislativas que al limitar la libertad de la mujer, incrementan su vulnerabilidad; demandar una respuesta gubernamental puntual y más robusta al problema perverso de la violencia machista, y reflexionar sobre nuevas estrategias para combatirlo.

En este sentido exhorto a involucrarse con vigor en esta lucha a aquellos hombres para quienes interactuar con la mujer, y con todas las personas, en un plano de igualdad y respeto, es teoría de acción. Con su testimonio y ejemplo pueden ayudar a exponer la falla de carácter y falta de hombría detrás de las actitudes degradantes, las palabras destructivas y el abuso físico contra la mujer.  En la meta de eliminar la violencia de género, su participación es vital.

IVONNE, NUEVAMENTE

Jueves 10 de abril de 2014 (rev 12/05/2020)  IVONNE, NUEVAMENTE   por  Denise Pérez Rodríguez Cuando mataron a Ivonne me hice d...